19 de septiembre de 2023
Estas son algunas de las claves para conseguir unos sistemas de alumbrado público inteligentes, escalables y preparados para el futuro.
A medida que avanza el desarrollo de las Smart Cities y los ecosistemas IoT (Internet de las Cosas por sus siglas en inglés), se hace patente la necesidad de establecer unas normas o guías para asegurar que desde todos los sectores se sigue el mismo camino en las innovaciones. De esta forma, se busca garantizar la seguridad de los sistemas, la interoperabilidad entre diferentes tecnologías, favorecer la escalabilidad de los proyectos, así como mejorar la eficiencia de los recursos, entre otros beneficios.
En el ámbito de la iluminación estos aspectos se tienen muy presentes, ya que a día de hoy la iluminación es la plataforma ideal para la integración de multisensores que permitan aprovechar el amplio abanico de posibilidades que ofrece el IoT. Es por ello que, en 2019 el Consorcio Zhaga y la Digital Illumination Interface Alliance (DiiA) unieron esfuerzos para lanzar una norma conjunta sobre el ecosistema de iluminación inteligente. La certificación Zhaga-D4i hace posible que los fabricantes diseñen las luminarias, sensores y nodos de comunicación para que se puedan integrar de forma plug-and-play, facilitando su implementación y la interoperabilidad entre soluciones.