11 de febrero de 2022
Por qué los edificios inteligentes son también beneficiosos para el planeta
La luz es una parte importante en esta respuesta. La gente siempre ha sido consciente de que la luz contribuye al bienestar. Hacer que el sol regresara en la época más dura del invierno era el objetivo de algunos de los rituales más antiguos de la humanidad, varios de los cuales aún persisten de alguna manera hoy en día.
Más recientemente, la iluminación LED conectada ha rivalizado de manera importante con el sol a la hora de fomentar el bienestar humano, especialmente en interiores. Sin duda, representa un avance histórico respecto a las capacidades de la iluminación convencional.
Piensa en las capacidades de iluminación centradas en las personas que permite un sistema de iluminación inteligente. Los usuarios pueden programar las luminarias para que cambien el nivel de intensidad en determinados momentos del día y según las condiciones de luz natural, por ejemplo, aumentando la luminosidad conforme cae la tarde durante los cortos días de invierno. La automatización hace que el cambio pase prácticamente inadvertido por los usuarios, un punto tan importante como obvio: las personas solo serán conscientes de que se encuentran en un entorno agradable.
Más concretamente, los usuarios pueden personalizar la iluminación a través de escenas preajustadas adecuadas a las distintas tareas. Pueden utilizar los sistemas de iluminación inteligente para contribuir a los ritmos circadianos de los usuarios, aumentando los niveles de luz azul en las oficinas por la mañana para mejorar la atención y reduciéndolos al final de la jornada laboral para facilitar a los empleados esas horas de descanso que son tan importantes para una salud integral.
Además, la iluminación inteligente minimiza el parpadeo, los efectos estroboscópicos y el deslumbramiento, y proporcionan una visibilidad del color y una composición espectral óptimas. Por muy sutiles que sean, estas ventajas consiguen que las personas se sientan mejor. Al fin y al cabo, un sistema de iluminación funciona con mayor eficacia cuando nadie lo nota.
Cuando están equipados con los sensores adecuados, los sistemas de iluminación inteligente permiten realizar un seguimiento de los patrones de ocupación y de tránsito dentro de un edificio, identificando las áreas de mayor tráfico que necesitan una mayor limpieza, una preocupación especialmente importante cuando la pandemia de COVID-19 hace estragos. Las empresas también pueden aconsejar a los empleados en tiempo real qué plantas o zonas de un edificio deben utilizar, en función de la capacidad del espacio de trabajo y de los niveles de ocupación. Los sistemas inteligentes pueden incluso predecir la demanda según las tendencias de ocupación a lo largo del tiempo. Con un sistema de posicionamiento interno, los empleados pueden buscar y reservar escritorios y salas de reunión seguras a través de una aplicación, así como dirigirse a su destino por las zonas menos concurridas.
Los sensores integrados en los sistemas de iluminación inteligente pueden recopilar datos relativos a las condiciones en interiores, como la temperatura, la humedad, el ruido y la calidad del aire. Con esos datos, los gestores pueden optimizar las condiciones de salud y bienestar o programar el sistema para que lo haga por ellos: en un edificio inteligente, un sistema de iluminación puede conectarse, por ejemplo, al sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado, que responderá en tiempo real a los datos que reciba, o a un sistema de ventanas, pudiendo abrirlas para que entre aire fresco.
Luego está la tecnología UV-C. Este tipo de luz, que suministran lámparas y luminarias especiales, tiene una increíble capacidad de desinfección del aire y de las superficies. En un momento en el que los propietarios de edificios tienen la responsabilidad de proteger a las personas de los virus dañinos, esta tecnología está demostrando ser revolucionaria.
La iluminación es un componente clave de los edificios inteligentes, que contribuye a la salud de las personas.
No solo mejora el bienestar de las personas, sino que también ofrece beneficios para el planeta. Con demasiada frecuencia, las tecnologías que fomentan el confort humano pasan factura al medio ambiente. Los edificios inteligentes, equipados con iluminación inteligente, también protegen el medio ambiente.
La tecnología LED eficiente energéticamente puede reducir el consumo energético de iluminación en hasta un 80%: una cifra importante, ya que aproximadamente entre el 10% y el 20% de la energía que utiliza un edificio corresponde a la iluminación.
Pero no solo las fuentes de luz LED marcan la diferencia, sino también los sistemas inteligentes basados en sensores. Cuando un sistema hace que un edificio inteligente baje el aire acondicionado junto con la entrada de aire fresco a través de las rejillas recién abiertas, está suministrando a los ocupantes aire fresco rico en oxígeno, pero también está dando un paso hacia la sostenibilidad.
Lo mismo ocurre cuando, en respuesta a una luz solar intensa, el sistema atenúa la iluminación eléctrica y abre las claraboyas en su lugar o cuando, en función de lo que le indican los sensores de movimiento, el sistema baja la calefacción en un pasillo siempre poco concurrido. Paralelamente, las luminarias con sensores también pueden indicar de antemano a los responsables cuándo van a necesitar mantenimiento, lo que permite evitar apagones imprevistos que reducen la eficiencia operativa.
Los edificios inteligentes son buenos para nuestra mente, buenos para nuestro cuerpo y buenos para el futuro de nuestro planeta a largo plazo. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “los edificios y la construcción representan en conjunto el 36% del uso final de energía en el mundo y el 39% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía, si se incluye la generación de electricidad". Representan el 40% del presupuesto total de energía de la Unión Europea.
Si estas cifras parecen desalentadoras, hay que mirar el lado positivo: renovando el parque de edificios existente para que sean sostenibles, se podrían conseguir con facilidad muchas ventajas y beneficios. El edificio inteligente es una herramienta que las empresas y los gobiernos pueden utilizar para hacer frente a los problemas medioambientales urgentes a los que se enfrenta el mundo en la actualidad. Afortunadamente, también hará que la gente se sienta bien.
Signify (Euronext: LIGHT) es el líder mundial en iluminación para profesionales, consumidores e Internet de las Cosas. Nuestros productos de Philips, los sistemas de iluminación conectados Interact y los servicios habilitados para datos, dan valor al negocio y transforma la vida en casas, edificios y espacios públicos. En 2023 tuvimos unas ventas de 6.700 millones de euros, 32.000 empleados aproximadamente y una presencia en más de 70 países. Ponemos en valor el extraordinario potencial de la luz para unas vidas más iluminadas y un mundo mejor. Hemos estado en el Índice de Sostenibilidad Dow Jones desde nuestra OPI por siete años consecutivos y alcanzamos la mención Platino en EcoVadis por cuatro años consecutivos, situando a Signify en el top 1% de empresas evaluadas. Las noticias de Signify están en el Newsroom, X y LinkedIn. La información para los inversores se puede encontrar en la página de Investor Relations.