19 de enero de 2023
El cambio a LED puede ayudar a hacer frente a las actuales crisis energética, climática y económica
Ciudades europeas de todos los tamaños se enfrentan al hecho de que sus edificios, calles y servicios municipales aún no son lo suficientemente ecológicos o eficientes como para afrontar con éxito las crisis energética, climática y económica a las que se enfrentan actualmente.
Ya se han puesto en marcha muchas iniciativas para ampliar las fuentes de energía asequible y no contaminante, así como para desarrollar las infraestructuras conectadas que necesitan las ciudades, pero el alcance y el ritmo de estos programas distan todavía del nivel de transformación integral que hace falta.
"Hemos visto un gran énfasis en la transición de las fuentes de energía y esto sigue siendo una gran prioridad, pero la gente se está dando cuenta de que vamos con retraso y la creación de esa fuente de energía verde va a llevar tiempo", explica Alice Steenland, Chief Strategy and Sustainability Officer y miembro del equipo directivo de Signify.
El aumento de la eficiencia energética se sitúa en el centro de este enfoque. La iluminación LED conectada, con la capacidad de reducir el consumo de energía relacionado con la iluminación hasta en un 80 % con respecto a las alternativas, puede tener un papel importante en este sentido, no solo a la hora de abordar las necesidades de eficiencia energética a corto plazo, sino para mejorar la calidad de vida y proteger el medio ambiente a largo plazo.
El cambio a LED de todos los puntos de luz de los 27 estados miembros de la UE, por ejemplo, permitiría ahorrar 59.600 millones de euros en costes energéticos y reducir las emisiones de CO2 en 50,9 millones de toneladas, el equivalente a las emisiones anuales de casi 20 millones de coches o más de 500 centrales eléctricas de carbón.
Además, el ahorro energético anual que se obtendría con el cambio a LED de todos los puntos de luz de la UE permitiría cargar 55 millones de coches eléctricos o alimentar 47 millones de bombas de calor, lo que permitiría hacer frente a la demanda de transporte y a la subida de los costes energéticos, respectivamente.
En este sentido, centrarse en lo que pueden hacer los ayuntamientos resulta igualmente importante, quizás más. Como explica Harry Verhaar, Head of Global Public and Government Affairs en Signify, "A nivel nacional, necesitamos compromisos y plazos para alcanzar la neutralidad del carbono, pero la reducción real de las emisiones y la aplicación real debe llevarse a cabo a nivel de la ciudad".
De hecho, la suma de muchos proyectos de menor escala en los que se haga el cambio a LED podría tener un enorme impacto en todo un país o región. "Las ciudades pueden pensar que sustituir las infraestructuras antes del final de su vida útil supone en cierto modo un falso ahorro, pero es todo lo contrario", explica Verhaar.
Aprovechar el enorme potencial de la eficiencia energética es clave para Europa. Reduce notablemente las emisiones de carbono, supone un importante ahorro en la factura energética de las ciudades, los consumidores y las empresas, minimiza la dependencia de las importaciones de gas y libera capacidad que puede emplearse para electrificar la calefacción y el transporte.
El momento de que los municipios actúen en materia de eficiencia energética es ahora. Hacer el cambio a LED supone una ventaja sencilla para ciudades de todos los tamaños. La adopción de medidas inmediatas contribuirá a situar a Europa en la trayectoria marcada por el Pacto Verde Europeo.
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